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San Cristóbal sin "Abracadabras Mágicos"

 



San Cristóbal  sin “abracadabras mágicos” 

Por LEONARDO CABRERA DIAZ 

El yo perfecto, vive en el  interior de nosotros y en lugar de él, parecerse a nosotros,  nosotros somos quienes nos parecemos a él. 

En consecuencia colocamos  un sello de  bueno y válido,  sólo a nuestros puntos de vista y criterios, adversando  las opiniones y comportamientos de los demás.

"Si hubiera sido yo, eso no pasaría." A mi, nadie me hace eso, si te hubieras llevado de mí, otra cosa sería; esas y otras expresiones son muy recurrentes escucharlas en los "Yos  perfectos." 

El yo perfecto, siempre va de la mano con un supuesto orgullo, camuflado de un imaginario y sagrado principio que bajo ninguna circunstancias puede dar su brazo a torcer y ceder la razón  de su parecer, aunque otra idea  resulte  más adecuada o certera que la suya.

El yo perfecto, acostumbra responder  sin escuchar, actúa por impulso y si se equivoca, casi nunca se disculpa y cuando así lo hace, no se excusa, sólo simula un simple gesto de asentimiento, no más.

Son tantos y variopintos los yos perfectos, existen los psicorrigidos, los estrictos en cumplir al pie de la letra  las  reglas establecidas en todo cuanto realizan   sin faltas, ni fallos.

Pero hay otros yos perfectos, que son astutos, inteligentes y habilidosos, que dicen ser  impolutos, se visten de lino inmaculado, tal si fueran santos terrenales incapaces de dar malos pasos y caer  en deslices humanos.

Algunos tienen la virtud de ser muy  convincentes, tanto así que le llaman líderes y dirigentes, mucha gente le sigue  los elige y los designa como sus autoridades; amos y señores
 
Y  en sus manos  ponen, todo el erario público, el que a veces malversan y distraen, además de defraudar y tirar  por el suelo las esperanzas de un mejor vivir  de quienes confiaron en la elocuencia  y el histrionismo verbal  de sus  grandilocuentes discursos

Discursos cargados de promesas, en los que toda solución era posible, solo era cuestión de llegar al poder y decir las palabras mágicas ¡Abracadabras! y todo cambiaría.

y llegaron al poder, pero al parecer, todavía no han dicho los ¡abracadabras!  prometidos, tal vez,  en San Cristóbal, los abracadabras mágicos no  funcionan, por eso nada se ha resuelto.


Con Dios siempre.


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